¿Sabías que el Estado está adquiriendo predios rurales en Colombia? Si tienes tierras y estás pensando en vender, esta podría ser una oportunidad interesante. Sin embargo, antes de iniciar el proceso, es fundamental conocer los requisitos y condiciones, especialmente en un país donde la falta de información sobre la propiedad rural sigue siendo un problema común.
Para vender tu predio al Estado primero debes ser propietario del inmueble. Sin embargo, aquí es donde surge una confusión frecuente: tener una escritura pública registrada de compraventa no siempre te convierte en dueño legal. En muchos casos, esas escrituras están en falsa tradición, lo que significa que no tienes la propiedad, sino solo la posesión del terreno.
Además, el predio debe contar con un Folio de Matrícula Inmobiliaria y ser de naturaleza privada, según lo establece el Artículo 48 de la Ley 160 de 1994. Si no cumples con estos requisitos, podría ser considerado un baldío, es decir, un terreno de propiedad de la Nación que no puede ser vendido.
Por eso, antes de iniciar cualquier negociación con el Estado, es fundamental asegurarse de que tu predio cumple con los requisitos legales. Verifica su situación jurídica y, si todo está en regla, puedes registrarlo en el siguiente enlace: https://sit.ant.gov.co/SeguimientoSSIT/TramiteAdquisionPredios.aspx.
Este programa puede representar una excelente oportunidad siempre que el Estado garantice un pago justo por los predios que adquiera. Si los propietarios reciben una compensación acorde con el valor real de sus tierras, la venta no solo les beneficiará económicamente, sino que también contribuirá al desarrollo del país.
Sin embargo, el verdadero impacto de esta iniciativa dependerá del destino de las tierras compradas. Es crucial que sean adjudicadas a campesinos que puedan habitarlas, cultivarlas y hacerlas productivas. De lo contrario, la adquisición de predios perdería su propósito y se convertiría en una simple transacción sin impacto real en el desarrollo rural.
El Estado debe ser un puente entre quienes tienen y quienes necesitan. Este proyecto puede ser un verdadero gana-gana: los propietarios reciben un pago justo por sus tierras, y los campesinos acceden a terrenos para habitarlos y trabajarlos. Así es como deben funcionar las políticas públicas, buscando el equilibrio y el beneficio de todos, sin favorecer a unos sobre otros.